Poca gente sabe si tiene la luz contratada en el mercado libre o regulado, y es que en nuestro país existen dos tipos de mercados para la electricidad. Conocer las diferencias que existen entre ambos es importante, entre otras cosas, porque afecta al precio que se paga. Es la factura de electricidad la que informa si un consumidor está en el mercado libre o en el regulado, además, toda persona es libre de escoger en cuál de los dos mercados desea estar. Pero ¿por qué existen dos mercados diferentes? En el pasado, el Gobierno era el único con potestad para establecer los precios y solo existía el mercado regulado. No obstante, a partir de 1997 comenzó un largo proceso de liberalización que se hizo efectivo en 2009. Desde esa fecha, los consumidores tuvieron la facultad de escoger la compañía eléctrica entre las más de cien que existen. Sin embargo, la liberalización no se completó del todo, y es por eso por lo que el mercado regulado aún existe.

En este post te explicamos la diferencia entre tarifa regulada o mercado libre, para que escojas la que más se adapte a tus necesidades.

¿Qué es el mercado libre?

Como hemos comentado, el mercado libre de la luz existe desde el año 2009. El mercado libre se caracteriza por la existencia de una gran variedad de empresas que ofrecen luz y gas. Son las que establecen los precios, publicitando y poniéndolo en el contrato, igual que sucede con las tarifas telefónicas. Por lo tanto, el consumidor siempre va a saber cuánto le va a costar cada kWh que consuma. Sus tarifas son variadas, destacando tres: precio estable, discriminación horaria y tarifas planas.

¿Qué es el mercado regulado?

El mercado regulado es aquel que ofrece el denominado Precio Voluntario al Pequeño Consumidor, también conocido como tarifa PVPC. Los precios de esta tarifa están regulados por el mercado eléctrico, y están supervisados por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. El mercado regulado también se conoce como tarifa de luz por horas, ya que el precio varía cada hora del día dependiendo de la oferta y demanda de energía entre quienes la producen (compañía generadora) y quienes la venden al consumidor (compañía comercializadora). Los consumidores que optan por el mercado regulado tienen discriminación horaria en tres periodos: punta, llano y valle. De esta manera, el consumidor pagará más si consume en las horas más caras del día y, por el contrario, pagará menos si consume energía en el periodo más barato. 

Principales diferencias entre ambas

Existen diferencias entre la tarifa regulada y la de mercado libre, y depende del consumidor escoger la que mejor se adapte a sus necesidades. La tarifa del mercado libre la regula el Ministerio y su mayor ventaja es, a la vez, su mayor inconveniente, y es que el precio va cambiando cada hora del día. Es decir, el precio está vinculado a la volatilidad del mercado de energía eléctrica. Invierno y verano son las estaciones en las que más cara es la electricidad, pues hay más demanda energética de calefacción en invierno y de aire acondicionado en verano. En primavera y otoño es más barata, ya que la temperatura es más estable. Por otro lado, el precio también se puede ver afectado por las tendencias que se produzcan en el mercado de electricidad por factores externos tales como el precio del petróleo o el precio de las materias primas como el gas natural. Otra de las características del mercado regulado es que la tarifa regulada solo la venden algunas empresas comercializadoras que no pueden vender energía en el mercado libre, como tampoco pueden ofrecer otros servicios como el gas. Solo se puede contratar si el consumidor tiene menos de 10 kWh de potencia. 

Por el contrario, las tarifas del mercado libre tienen una serie de ventajas que no tiene el mercado regulado, como, por ejemplo, aplican diferentes descuentos, pueden combinar suministros como luz y gas, y su precio es mucho más estable para beneficio del consumidor, que sabrá de antemano lo que va a pagar. Es importante tener en cuenta que las tarifas del mercado libre no son siempre las mismas, sino que se revisan periódicamente para añadir conceptos tales como costes regulatorios, actualizaciones del IPC, etc. 

Por último, conviene destacar que el consumidor se puede cambiar de un mercado a otro cuando lo desee. La liberalización que comentábamos al principio consiste precisamente en eso, en poder elegir. Los consumidores que están en la tarifa PVPC pueden abandonarla cuando quieran para unirse al mercado libre, y los consumidores que están en el mercado libre también pueden unirse al regulado siempre que su potencia no supere los 10 kWh. 

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